Arrastrando las valijas...

jueves, 19 de septiembre de 2013

Ávila

Ciudad de Santos y Cantos


El miércoles 30 de mayo de 2007, como estaba planeado desde La Plata, con un cronograma especialmente preparado por nuestros familiares de España, Antje, Manolo, Palmira y el resto de la familia, lo dedicamos a conocer Ávila, ciudad totalmente amurallada, con las acostumbradas indicaciones y referencias de Manolo, que había preparado un material bibliográfico acorde con la visita a esta ciudad.

Fotocopias con su historia e incluso con trozos literarios sobre Ávila de un escritor argentino que se enamoró de Ávila y se quedó a vivir en ella: Enrique Larreta, autor de La Gloria de Don Ramiro, y a quién han homenajeado poniendo su nombre a una de las calles de la ciudad.
Ávila limita al norte con la Provincia de Valladolid, al sur con Toledo, al este con Segovia y la Comunidad de Madrid y al oeste con Salamanca.
 Llegamos en auto a Ávila, que es llamada también Ávila de los Caballeros o Ciudad de Santos y Cantos, y que pertenece a la comunidad autónoma de Castilla y León, desde Madrid está a unos 115 km de distancia. Se trata de la capital de provincia más alta de España, a 1.131 m. sobre el nivel del mar, en virtud de lo cual en su casco urbano son relativamente frecuentes las nevadas durante el invierno.
Antes de entrar en la propia ciudad hicimos una parada en un mirador, extramuros, es decir fuera de la muralla, cerca del Río Adaja, llamado El Humilladero o el Crucero de los 4 Postes, donde hay un monumento dedicado a Santa Teresa de Jesús. Sobre un promontorio se alzan cuatro columnas dóricas con una cruz central y desde allí se observa la mejor vista de Ávila:
Panorámica de Ávila y sus murallas desde El Humilladero
Nota: Para aumentar el tamaño de las fotos clickear sobre ellas.
Este monumento está relacionado con la Santa pues desde ese lugar ella se despidió de Ávila, cuando con su hermano, ambos pequeños, decidieron irse de la ciudad para “salvar a los pecadores”, adentrándose en tierras de los moros y “enojados” con la sociedad de Ávila. Cuenta la leyenda que Teresa sacudió el polvo de su calzado para no llevarse ni un granito de tierra de su ciudad…
En el Humilladero
Luego bordeamos caminando la muralla medieval que es de estilo románico, y entramos en la propia ciudad, por una de sus nueve puertas: una belleza antigua perfectamente conservada.
Puerta de San Vicente
Las puertas son: la Puerta del Alcázar, del Peso de la Harina, de San Vicente (por la que entramos), del Mariscal, del
Carmen, del Puente, de la
Malaventura, de la Santa y del Rastro.
En su interior cuenta con gran número de Iglesias, palacios góticos, templos, conventos y una catedral fortificada.

  Catedral de Ávila
Puerta de entrada a la Catedral
  















Iglesia de San Pedro del siglo XII
La recorrimos siempre ayudados por las sabias explicaciones de Manolo.
Almorzamos en una taberna donde degustamos por vez primera el famoso “cocido madrileño”, muy parecido a nuestro puchero… parecido, no igual…
 

Compramos algunos recuerdos, sobre todo relacionados con Santa Teresa, como por ejemplo tarjetas, con algunas de sus frases famosas: “Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero”…


Conocimos su convento:
Convento de Santa Teresa de Jesús
De Ávila también era San Juan de la Cruz, que fue un religioso y poeta místico del renacimiento español, fue el reformador de la Orden de las Carmelitas y co-fundador, con Santa Teresa de Jesús de las Carmelitas Descalzas. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española.
De él encontramos también su impronta en los muros y calles de Ávila:
Frente al monumento a San Juan de la Cruz

Detalle de uno de sus cánticos en la pared
















Para conocer Ávila hay que caminar y recorrerla, es pequeña su parte histórica, rodeada de la muralla, sus calles son pintorescas y está plagada de restaurantes y mesones.










Como toda ciudad española cuenta con su Plaza Mayor y su Ayuntamiento en ella:
Plaza Mayor de Ávila
Frente al Ayuntamiento
Cuando decidimos emprender el regreso nos despedimos mentalmente de este Patrimonio de la Humanidad que nos maravilló por su arquitectura y su excelente conservación a pesar de que su construcción data del siglo XI.
Luego de conocer Ávila comprendí al escritor que supo decir: “Yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer” (Miguel Delibes, en “La sombra del ciprés es alargada”)




 

martes, 3 de septiembre de 2013

Baviera - Alemania





Una verdadera “ruta romántica”…


Llegamos a Munich, desde Lisboa, en un vuelo de Lufthansa, el sábado 16 de junio de 2007

Retiramos el Volvo, tipo country, color plata, con caja de cambios automática, pero sobre todo lo más importante: con navegador! que habíamos reservado en AVIS desde Argentina.

Llegamos sin problemas al complejo Mondi Holiday, constituido de bloques con varios  departamentos, tipo cabañas, distribuidos en un espacio con mucho verde y muchas flores y rodeado de un paisaje como éste:



El complejo se encuentra cerca de un pequeño poblado llamado Mitterfels.




Nota: Para aumentar el tamaño de las fotos clickear sobre ellas.
Al día siguiente comenzamos nuestro itinerario en Alemania visitando la ciudad de Straubing, a unos 15 km de Mitterfels. Resultó ser una ciudad hermosa, que nos encantó y a la que volveríamos más adelante. Caminamos por un centro antiguo, con reminiscencias medievales, muchas torres con relojes, iglesias católicas y otras luteranas. La Catedral, que también está en esa parte de la ciudad, es muy antigua.

La calle principal es muy amplia, ancha y larga, adoquinada, en parte peatonal, llena de cafés, heladerías y restaurantes con sus mesas en la calle:


Nos llamó la atención la gran cantidad de gente en bicicleta, pensamos que era por ser domingo, pero nada que ver, en los días posteriores comprobaríamos que en todas las ciudades de Alemania la gente usa la bicicleta para movilizarse, no importa la edad, ni la vestimenta y llevan a sus bebés en unos carritos que la bicicleta arrastra. Una maravilla!!


Almorzamos en un restaurante, sobre esta calle principal y en una mesa ubicada en la vereda, la típica comida baviera, nos atendió una gordita alemana, también típica… La mayoría de los platos acompañados por chucrut (repollo cortado muy finito y cocido, con alguna salsita caliente)

Qué almorzamos?

Como un cartel decía: “Wir Empfehlen” –que para nuestra imaginación sería algo así como “nosotros recomendamos”– “Bayerische Sauerkrautplatte”… aunque no sabíamos bien en qué consistía lo pedimos… para qué!!... un enorme plato conteniendo salchichas alemanas –tipo parrilleras– chuletitas de cerdo y carne de cordero, con chucrut y salsa a base de cerveza… livianito el platito…



Cuando le preguntamos, como pudimos, a nuestra gordita el nombre de la casa ella tomó un papelito y nos escribió un jeroglífico, como insistíamos nos trajo una tarjetita, ahora sí!: Straubinger Weifhierhauf Köhrl Brauerei – Pächter: Familie Peller… está claro, no?

Nos encantó la comida, la atención, el lugar, etc. la cuenta no tanto…pero bueno, estábamos  en Alemania!

Nos llamó la atención ver en las paredes de la ciudad imágenes del Che Guevara. También nos encantaron las vidrieras por la originalidad de su decoración:


Además, muchas de las vidrieras estaban preparadas para un festival que se llevaría a cabo entre el 22 de junio y el 22 de julio de ese año: el Agnes-Bernauer-Festspiele, ambientado en la época medieval.

La historia de Agnes Bernauer se remonta al año 1435. Agnes fue una joven hermosa, hija de un peluquero muy humilde, de la cual se enamora Albrecht, Duque de Baviera, que contra la voluntad de su padre, Ernest, se casa con ella, pero en cierta oportunidad, en ausencia de Albrecht, su padre la enjuicia acusándola injustamente de brujería y la manda matar, ahogándola en el río de Straubing, frente a una multitud que intenta salvarla. A raíz de esto se declara una guerra entre padre e hijo, pero años más tarde se reconcilian y es cuando Ernest construye una capilla en Straubing, donde descansan los restos de la venerada Agnes, desde 1447.


 













Entramos en una Farmacia –Apotheke– muy moderna y en la cual el farmacéutico hablaba algo de español:











Bueno, luego seguimos hacia otra ciudad cercana, Regensburg, a unos 70 km de Straubing, otra ciudad de la magnífica región de la Baviera, tan verde, llena de flores, de casitas blancas con techos de tejas rojas y cada tanto una torre de una iglesia, todos pueblitos semejantes que apreciábamos desde la ruta.

En Regensburg las casas están pintadas de distintos colores: rosas, naranjas, verdes, amarillas y con los techos “escalonados”:


Muchas plazas secas con fuentes y también llenas de bares, restaurantes y alemanes… muchos alemanes…

La ciudad es atravesada por el Río Danubio, en realidad este río nace en las proximidades. Llegamos a su ribera:


Acá también miles de bicicletas…

Aunque era temprano los habitantes del lugar ya hacían cola para entrar en un teatro, muy bien vestidos, contrastando con los turistas como nosotros…








 










 Muy linda ciudad!! Recomendable su visita.


Al día siguiente visitamos Erlangen, recorrimos la ciudad, la Marktplatz, o sea la Plaza principal, con algunos antiguos edificios, como la Universidad, dos Iglesias luteranas y un antiguo Palacio donde funciona una galería de arte.


El resto de la ciudad nos pareció más moderna, con negocios también modernos.

Como siempre miles de bicicletas, hasta semáforos para bicicletas existen! Y esto lo vimos en varias ciudades.


Almorzamos en una especie de rotisería donde vendían todo tipo de fiambres, quesos, salchichas, etc., colocados en unas heladeras a la vista, ordenados tan prolijamente que merecían ser fotografiados…



 Al fondo del negocio había también comidas preparadas donde, con una bandeja, se podía elegir qué comer. Qué elegimos?: salchichas (dos pares) con chucrut y ensalada de papas, o sea: “schweinswürstl (zwei par) mit kartoffelsalat”

Erlangen queda a 166 km de Mitterfels y Nürenberg a 24 km de Erlangen, así que… allá fuimos…

Nürenberg es una ciudad muy grande y cosmopolita, muy cerca de la estación de trenes hay una zona antigua rodeada de una muralla, con una torre y la llamada Puerta del Rey “Königstorturm”, con casas típicas, convertidas en restaurantes y negocios de venta de souvenirs para el turista.



Recorrimos otra parte más nueva con enormes edificios modernos, calles peatonales, la vieja catedral de San Lorenzo, de estilo gótico, muchos punks y como siempre muchas qué?... sí, bicicletas…

Hay otra zona en Nürenberg muy verde, con bosques y lugares para hacer aerobic. En esta zona está el Centro de Documentación Nazi, lástima que cuando llegamos ya había cerrado.


En este Centro de Documentación funcionaron las instalaciones del Congreso del Partido Nacional Socialista y allí se encuentra explicada la historia del Tercer Reich.

Otra de las características de las ciudades alemanas que hemos conocido es la paz y el silencio que notamos en ellas, tanto de las personas como de los automóviles, no se escuchan bocinazos, ni gritos, ni gente discutiendo, a pesar de la enorme cantidad de personas que se ven en las calles, bares y plazas. Se los ve relajados, tranquilos, distendidos. Trabajan hasta las 18:00 y luego… a tomarse unas cervecitas y a comer unas salchichas con chucrut…

En nuestro cuarto día en Alemania nos dedicamos a pasear por el pueblito de Mitterfels, por su centro, que está apenas a unas cuadras del complejo pero donde todavía no habíamos estado. Es muy agradable, pequeño pero prolijo, limpio, lleno de flores. Eran aproximadamente las 12:00 y ni un alma en las calles, todo cerrado.

Estuvimos en el Ayuntamiento, donde funciona la Oficina de Información Turística. También en la Iglesia de St. George, pequeña, luminosa, prolija también, hermosa!

En el centro del pueblo hay un pequeño puente sobre el Donau Regen (Río Danubio):


y una fuente, símbolo del pueblo, con una figura de mujer inclinada, cargando dos baldes con agua:


Seguimos para Straubing, a la estación de trenes, para averiguar horarios y precios del tren para la ruta romántica pero los precios nos parecieron muy elevados…

Nos dirigimos al centro de la ciudad, a la misma calle principal, ancha y adoquinada donde el domingo habíamos paseado y que nos había gustado tanto.

Qué hambre!! Qué ganas de comer pizza!!  Y allá fuimos los cuatro por las calles de Straubing en busca de una pizzería, nos costó encontrarla, pero al final en una, chiquita y atendida por un amable turco, nos mandamos dos enormes pizzas… acompañadas de unas heladas cervecitas…

-“De Argentina?! Maradona, Mesi y el Che…”- Je, Je!! Qué mezcla!!

Volvimos a Mitterfels, pasamos por el supermercado cercano al complejo y luego a descansar un poco, tomar unos mates bien argentinos y salir a caminar por las inmediaciones, sacar fotos y seguir admirando la tranquilidad, el paisaje y las flores de la zona. Nos llama la atención la confianza de la gente, dejan cosas valiosas en la calle o al alcance de la mano, por ejemplo escaleras, adornos, etc., en un vivero veíamos en la calle macetas con plantas y el negocio cerrado!! Cuánto durarían en Argentina??



Otro día que comienza: Guten morgen!! (o sea Buen día!! en alemán)

Hoy fuimos a Munich en tren.

Nos levantamos un poco más temprano que de costumbre y salimos con el auto hacia Straubing. Lo dejamos en el estacionamiento de la Bahnhöfen, es decir la estación de trenes, con un parquímetro que por 4 Euros cubre el día entero.

Sacamos unos pasajes a Munich dentro de un plan económico para fomentar el turismo y las visitas de un día por las ciudades de la región (Bayern o Baviera), en nuestro caso, los cuatro, ida y vuelta de Straubing a Munich, pagamos 29 Euros, o sea baratísimo comparado con los costos de los viajes en tren habituales.

El tren salió a las 10:16 y llegó a Munich a las 12:18, con un transbordo en Neufahrn.

El viaje fue muy bueno y el tren muy moderno y confortable.

La Estación de Munich es fabulosa, enorme, parece un Aeropuerto. Llena de locales de todo tipo.

Como el día estaba feo y lluvioso al llegar a Munich, nos tomamos un City Tour en la Oficina de Información al turista, que está pegada a la estación. Este tour recorre los principales lugares de la ciudad en aproximadamente una hora, en un bus cuyo piso superior está descubierto, o sea sin techo, y con las explicaciones en español desde unos auriculares.

Así fue como cuando llegamos al centro de la ciudad nos bajamos y comenzamos una caminata por la zona.

Como siempre encontramos una ciudad repleta de bicicletas y de gente que va y que viene… miles de turistas…

En la Plaza principal, la Marienplatz, llamaba la atención un muchacho con una super tanga y nada más!! con su cola al aire y un cartel que decía algo así como que “fumar hace mal”… obviamente todos lo fotografiaban y para no ser menos, nosotros también:



Independientemente de este “aditamento” gracioso, la Marienplatz ofrecía otro tipo de espectáculos: en un lateral de la bulliciosa plaza se alza la Glockenspiel, o sea el ayuntamiento. A las 11 de la mañana, a las 12 y también a las 5 de la tarde, se concentran multitudes frente a su torre, para observar el movimiento de unos muñecos. Después de sonar las campanadas horarias, unas figuras mecánicas empiezan a moverse en lo alto de la torre, realizando la danza de los toneleros. La torre estaba en obras, con parte de ella tapada, y dejando al descubierto únicamente la zona de los muñequitos.
















La fachada gótica del ayuntamiento, es sencillamente impresionante.


En esta zona, es donde Munich pasa a ser una ciudad más, con multitud de tiendas de grandes marcas, ubicadas en los alrededores de la plaza.

Muy cerca también está la Catedral, con sus dos cúpulas verdes:


Almorzamos en una típica y tradicional cervecería, muy grande y muy bien puesta, una de las de más renombre y más populares de Munich: la Hofbräuhaus, donde comimos las también tradicionales salchichas con ensalada de papas, acompañada de los clásicos panes alemanes, llamados pretzel, que son una especie de lazo de pan, que parece un caracol, color marrón oscuro por fuera y muy blanco por dentro y con granitos de sal gruesa pegados en el exterior. La comen todos!! Hasta los más chiquititos y los sirven también con las comidas:


En esta cervecería nos sacamos esta foto con el automático de la digital, por eso parecemos que nos estamos asomando a la foto:


Volvimos a la estación de trenes en el bus del tour, caminamos un poco por los alrededores, donde hay un jardín botánico inmenso, con unas flores y unas fuentes espectaculares:


Tomamos unos heladitos en la estación… Compramos unas “raras” golosinas al peso, que tuvieron una muy buena aceptación cuando llegamos de regreso a La Plata.


Tomamos el tren de regreso a las 17:44, el cual hizo el mismo recorrido y el mismo transbordo que a la ida.

Anecdotario de Munich: en la estación te cobran hasta para ir al baño: 0,80 de euro c/u, si bien en varios lugares hemos visto que piden una colaboración, una monedita voluntaria, acá hasta molinete había para poder entrar al baño…



Aproximadamente a las 13:00 del día siguiente, partimos para Passau, una ciudad ubicada muy cerca de la frontera con Austria y a unos 70 km de Mitterfels.

Dejamos el auto en un estacionamiento y caminamos hacia el centro de la ciudad, calles peatonales con negocios muy modernos y con la típica construcción alemana.

Almorzamos en un restaurante todo de pescado, llamado “Nordsea”, muy bueno y muy rico todo. En realidad es una cadena de restaurantes que luego encontraríamos en otros lugares. Recomendables.

Luego tomamos un heladito refugiados bajo un árbol ya que cada tanto lloviznaba y a ratos salía un débil sol.


Caminando, caminando llegamos al Río -el Danubio otra vez- con una costanera muy bonita, un paisaje del otro lado del río, hermosísimo, muchas, muchas flores como en toda Europa y esa edificación que tanto nos gustó, con casas de distintos colores, los techos a dos aguas y de fondo una vegetación magnífica y bien tupida que preanunciaba la cercanía del paisaje austríaco:



Un puente que une las dos orillas y unos cuantos cruceros en los que se podían apreciar hasta los camarotes de los pasajeros

Nos encantó esta ciudad, este paisaje fue como un regalo para la vista que no nos podremos olvidar nunca:



A las 17:00 emprendimos el regreso, a preparar las valijas ya que al día siguiente partiríamos para Praga, capital de la República Checa.