Arrastrando las valijas...

lunes, 8 de diciembre de 2014

Valle del Loire



De puentes levadizos, castillos y reyes

Lunes 24 de agosto de 2009, desde Barajas y en vuelo de Iberia arribamos al Aeropuerto de Orly (Francia), alquilamos un auto y tomamos la ruta hacia el Valle del Loire:
Nota: Para aumentar el tamaño de las fotos clickear sobre ellas.
Llegamos a Le Sentier, Monthodon, a la nochecita. Habíamos alquilado por internet (http://www.lamarechalerie.fr/espagnol/index.html) un curioso y muy particular departamento en La Marechalerie, una casa rural compuesta de un hostal y unos pocos departamentos en lo que había sido un antiguo taller de herrero en el siglo XVIII y que aún conservaba algunos rasgos de aquella época.
Entrando a Le Sentier
En la entrada a nuestro departamento
                                     
Nos recibió Danny, que con su esposa Patricia, son los dueños de ese lugar de ensueño, tan cercano a los famosos castillos del Loire. Como era casi de noche y en Le Sentier no hay negocios, solo unas pocas casas, y no teníamos nada o casi nada para cenar, Danny se apareció con una cesta llena de huevos frescos… y algunas otras cositas que nos sacaron del apuro.
La Marechalerie
Al día siguiente nos aprovisionamos para pasar los siete días posteriores, en un supermercado de la ciudad más cercana, Château-Renault, a unos pocos minutos en auto.

Luego comenzamos nuestro recorrido por la zona visitando el pequeño pueblo de Trôo, a unos 25 km de Le Sentier y a orillas del Río Loire, conocido por la existencia de viviendas prehistóricas de los llamados trogloditas, algunas de cuyas cuevas, como la de Yucca, se pueden visitar.

Vista de la entrada a Trôo
En la cueva troglodita

Así como la Iglesia de la Colegiata de St-Martin, de estilo románico y gótico, del siglo XI, las escaleras de Saint-Gabriel, en el sitio que estaba la original iglesia de Trôo de la cual solo permanece una copia de la estatua del Santo en un nicho en la piedra.
Callecita de Trôo con la Iglesia de St-Martin al fondo

La escalera de St-Gabriel

También el llamado “Pozo Parlante”, de 45 metros de profundidad que produce un eco muy claro, el cual es difícil de evitar probarlo, así que allí gritamos y gritamos para después escucharnos a nosotros mismos y reírnos muchísimo.
En el Pozo Parlante



Cruzando el río por un antiguo puente llegamos a la Iglesia de Saint-Jacques-des-Guérets, del siglo XII, famosa por sus 13 murales pintados de estilo bizantino. Descubrimos que por allí pasa el camino francés a Santiago de Compostela.

St-Jacques-des-Guérets
Huellas del Camino Francés


























Almorzamos una suculenta ensalada en un bar muy típico, de ese lado del pueblo, atendidos por Michelle:
Con Michelle

Luego partimos hacia Lavardin, que queda a 10 km de Trôo. Otro pueblo que nos maravilló, con sus casitas y lleno de flores por donde miraras y donde también se encontraron cuevas de los trogloditas. Entramos al pueblo por un antiguo puente medieval, de piedra, con ocho arcos que ha sido reconstruido. 
 
El puente medieval

Bello puente, bella ciudad, nosotros felices...

Posee un castillo en ruinas que se puede visitar y que es espectacular ya que te da una panorámica de cómo era en su origen, por el 1590 fue parcialmente destruido por orden de Enrique IV.

Desde el castillo vistas de Lavardin

También conocimos la Iglesia de Saint-Genest, románica, con sus delicados murales del siglo XII al XVI, pintados en las paredes y que nunca fueron restaurados y donde se mezclan escenas de la vida de Cristo, como su bautismo, con símbolos astrológicos.

Iglesia de St-Genest
Interiores de la Iglesia
Espectaculares murales


El miércoles 26 fuimos a Blois, distante 50 km de Le Sentier, y que fuera una fortaleza feudal en el siglo XII y hoy es una ciudad más importante que las anteriores y donde su principal atracción es el Castillo de Blois, que se comenzó a construir en el siglo X y que fuera el hogar de varios reyes: Luis XII, Francisco I y Enrique III.

Restos de la antigua fortaleza
Entrada al Castillo de Blois
Detalles de la entrada

El edificio posee cuatro estilos arquitectónicos diferentes, que van desde el Castillo Medieval de estilo gótico, del siglo XIII, pasando por el gótico flamígero de 1498 a 1503 y cuya Ala se denomina Luis XII, el estilo Renacentista de los años 1515 a 1524, Ala Francisco I, hasta llegar al período clasicista del Ala Gaston de Orleans, de 1635 a 1638. De resaltar son todas las magníficas escaleras que nos conducen a las distintas alas del castillo.

Ala Luis XII
Ala Francisco I

De fastuosos interiores, se puede apreciar la Sala de los Estados, en el 1er. piso los aposentos de Francisco I y de Catalina de Médicis, así como la Galería de la Reina y el oratorio. En el 2º. Piso los aposentos del rey bajo el reinado de Enrique III, mientras que en el Ala de Luis XII encontramos el Museo de Bellas Artes y la Capilla de Saint-Calais.

Conocimos la Catedral de St-Louis, destruida por un huracán en 1678 y reconstruida durante el reinado de Luis XIV (1654-1715).

Catedral de St-Louis
Interiores de la Catedral

Caminamos bastante por la ciudad, bordeando el Río Loire, observando parte de la antigua fortaleza y del hermoso barrio denominado Quartier  Vieux Blois, con edificios del siglo XVI muy bien conservados:




 














 Una llamativa iglesia es la de St-Nicolas, que perteneció a una abadía benedictina del siglo XII y cuyas tres agujas se pueden observar desde distintos puntos de la ciudad:

Iglesia de St-Nicolas

Pasamos por la estación de trenes para comprar billetes para París, una visita de un día. (ver París…París… Primera entrega)

Estación de trenes de Blois

Desde Blois seguimos hacia el enorme Castillo de Chambord, otros 20 km de viaje. Tanto Blois como este Castillo están en la Región de Blésois y Orléanais, dentro del Valle del Loire. A este castillo solo lo apreciamos por fuera debido a lo avanzado de la hora, pero igual pudimos admirar toda su belleza. Se dice que su diseño probablemente lo comenzó Leonardo da Vinci. Posee un perfil extraño y sorprendente que recuerda un tablero de ajedrez, repleto de torreones, cúpulas y pequeñas agujas. Se alza sobre el Río Closson, un afluente del Loire, comenzándose a construir en 1519 y siendo Luis XIV quién lo completó en 1685, posee 400 habitaciones.

Imponente Castillo de Chambord
El Castillo desde otro ángulo

Y llegamos al jueves 27. Comenzamos nuestro recorrido diario por el romántico Castillo de Chenonceau, que se extiende a través del Río Cher, sí… parte del castillo se adentra en el río. ¡¡Es enorme!! De estilo renacentista y data del siglo XVI.

Chenonceau
Imponente entrada
Otra vista del Castillo

Son impresionantes los jardines que lo rodean y la granja, con verduras y hortalizas gigantes. Se destacan el jardín de Diana Poitiers, con el Vergel, que está formado por 12 cuadrados bordeados de manzanos y rosales y el jardín de Catalina de Médicis. Un laberinto vegetal, un restaurante en los antiguos establos, L´Orangerie, un salón de té y hasta un pequeño tren que lleva a los visitantes a recorrer el lugar, completan el paisaje.

El Jardín de Catalina de Médicis
El Jardín de Diana de Poitiers
La granja
Inmensas verduras
Instalaciones de la granja

Los interiores son suntuosos e incluyen una capilla, los aposentos de Diana de Poitiers, de Luisa de Lorena, de Francisco I, el estudio de Catalina de Médicis, etc., todo con un mobiliario lujoso y con infinidad de tapices que cubren las paredes.

Mobiliarios y tapices del siglo XVI

Antes de la entrada se alza la Torre de los Marques, del siglo XV, de la familia Marques.

Torre de los Marques

Cuando nos cansamos de recorrer este inmenso castillo, partimos hacia la bellísima ciudad medieval de Amboise, también sobre el Río Loire y que se encuentra en el centro del Valle del Loire.

Bellísima Amboise
Otra vista de la ciudad

Es famosa por su Castillo Real, que se alza en la propia ciudad y donde se halla la tumba de Leonardo da Vinci, que vivió y murió en 1519, en esta ciudad.

Vistas del Castillo de Amboise
Entrada al Castillo

La Torre del Reloj fue la puerta de entrada a la ciudad durante el siglo XV, se encuentra en la Rue National, calle peatonal con infinidad de negocios y bares y que desemboca en la plaza con el Castillo Real de Amboise. En uno de esos bares, el Bigot, fundado en 1913, nos tomamos un reconfortante cafecito…

La Torre del Reloj
Bigot Patissier

Sus callecitas son encantadoras, con muchas casas típicas con entramados de madera en sus frentes y con restos de las edificaciones medievales:


El viernes 28 fuimos a París en tren, saliendo de Blois bien temprano y regresando cerca de las 21:00. Como siempre París es cautivante y única…

El sábado 29 conocimos Vendôme, una hermosa ciudad que está sobre un afluente del Río Loire, llamado Le Loir. Es una de las ciudades más pintorescas del Valle, se construyó sobre un grupo de islas del río Loir, por lo que sus puentes, compuertas y antiguos edificios de piedra le dan esa característica tan particular.

Vista de Vendôme. A la derecha campanario de La Trinité

Nos maravilló la cantidad de flores que adornaban las calles, los puentes, etc. Para destacar son las escenas que simbolizaban el proceso de elaboración de la miel todo realizado con flores, así como el nombre de la ciudad y el día del año que se encuentra en el jardín de la Biblioteca de la ciudad.

Puentes floridos
El proceso de la miel con flores
Biblioteca y hermosos adornos florales

Lugares para conocer en esta ciudad son: el Hotel de Ville o Ayuntamiento, la Capilla de Saint-Jacques, la Iglesia de María Magdalena, la Torre de L’Islette, la Puerta del Agua, la Puerta de Saint-Georges y en especial la Abadía de la Trinité, fundada en 1034 que se alza junto a un campanario románico del siglo XII, con una aguja que mide más de 80 metros, cuando la visitamos estaba preparada para un casamiento.

Plano del centro de Vendôme
Hotel de Ville
Puerta de St-Georges
Abadía de la Trinité

El centro peatonal y muy concurrido por ser sábado se encuentra en la Plaza de St-Martin, con una torre de reloj y carrillón del siglo XV y una estatua del conde de Rochambeau:

Plaza St-Martin
Las ruinas del Castillo de Bourbons-Vendôme, del siglo XVII, con una muralla medieval, se levantan en un acantilado sobre la ciudad, al que llegamos luego de subir y subir… Hermosas vistas se pueden apreciar desde allí.

Castillo de Bourbons-Vendôme

Esa noche cenamos con todos los huéspedes de La Marechalerie, según una costumbre de sus dueños quienes nos ofrecieron una típica comida casera francesa y unos deliciosos licores elaborados por el propio Danny. Fue una agradable experiencia ya que los demás comensales eran de distintas nacionalidades y los anfitriones para colaborar con esa “torre de Babel” ofrecían diccionarios de los correspondientes idiomas, todo muy simpático e inolvidable.

Danny y sus licores
Una cena inolvidable

Ultimo día en Francia. Lo dedicamos a conocer algo de otra región del Valle del Loire, Touraine, comenzamos por el Castillo de Villandry, del renacimiento tardío, año 1536, muy elegante pero sencillo.

Castillo de Villandry

Esta vez la visita fue también en su interior, con un mobiliario del siglo XVIII.

Uno de los comedores pequeños
Tapices Siglo XVIII
Dormitorio real

Nuevamente para destacar los jardines, donde se combinan flores y plantas siguiendo diseños geométricos y la huerta, así como un laberinto vegetal. Estos jardines fueron restaurados por Joachim Carvallo, un español, bisabuelo del actual propietario, quien compró el castillo en 1906.

Están ubicados en tres niveles: un jardín acuático en el superior, flanqueado por centenarios tilos y en cuyo centro hay una gran superficie de agua en forma de espejo de estilo Luis XV, un jardín de flores junto al castillo, llamado el Jardín del Amor y el huerto en el nivel inferior, con nueve cuadrados con hortalizas de diferentes colores alternados.

Jardín acuático
El huerto

En el Jardín del Amor cada cuadrado representa un tipo de amor, así tenemos “el amor tierno” con corazones separados por llamas, “el amor apasionado”, con los corazones rotos, “el amor fugaz”, con cuatro abanicos en los ángulos del cuadrado y “el amor trágico” representado por filos de puñales y espadas con flores rojas que simbolizan la sangre derramada.

El Jardín del Amor

Luego partimos para Langeais, pequeña localidad con su castillo medieval en el centro de la propia ciudad, el que fuera construido por el rey Luis XI entre 1465 y 1490. Se destacan el puente levadizo, las torres y murallas del mismo. Lo apreciamos solamente desde su exterior.

Sobre el puente levadizo
Castillo medieval de Langeais
Centro de la ciudad



Paseamos un poco por el pueblo, que nos pareció muy bonito y volvimos a Le Sentier a preparar las maletas ya que terminaba así nuestro recorrido por el Valle del Loire y a despedirnos de Danny con un rico vino casero, que con toda su amabilidad nos ofreció para que brindáramos todos juntos, una maravilla!!

Vistas de Langeais